Aquella Venezuela, “la mil veces rica”, como diría el poeta Jorge Zalamea, cargada de pobres pero “humeante de petróleo”, caía hace unas décadas en una profunda crisis, cuando en 1989 se desencadena la rebelión popular que conocemos con el nombre de “El Caracazo” o “Sacudón”. Aquel malestar se multiplicó tras la salvaje represión con la que el puntofijismo ahogó la protesta popular y poco tiempo después desembocó en el levantamiento cívico-militar que protagonizó el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200. Desde aquel 4 de febrero, Hugo Chávez entraría a formar parte de la historia, el imaginario y los afectos del pueblo venezolano. Después de pasar dos años en prisión, el Comandante iniciaría su campaña política y obtendría la victoria en 1998, para refundar la república, recuperar la industria petrolera y, poco tiempo después, enfrentar con éxito el intento de derrocamiento agenciado por la derecha nacional y el imperialismo en abril del año 2002.
Todo esto es historia sabida y, sin embargo, Del 11 al 13. Testimonios y grandes historias mínimas de abril de 2002 da cuenta de aspectos desconocidos de aquel devenir histórico. En tal sentido, trasciende las meras fechas y los grandes personajes para recoger las voces de los protagonistas anónimos –como por ejemplo Jesús Paiva, un comerciante de Acarigua; o Ramón Sánchez un educador del 23 de Enero– del rescate del Presidente y del hilo constitucional, pero sin dejar por fuera las macrorrealidades, articulando una larga cadena cuyos eslabones se pierden de vista. Duque sintetiza la intención de su trabajo así:
… ese otorgarle créditos a la historia grande en desmedro de las historias menores no tenía origen en la excesiva adoración del héroe sino en la pura intuición histórica, ese guiño formidable del inconsciente colectivo que aquí se activó para reconocer, no de forma calculada o ensayada sino debido a cierto impulso secreto de la sangre, que quien rescató al Presidente no fue el soberano sino una acción combinada de pueblo, Fuerza Armada y descomposición moral del enemigo.
Nos encontramos pues ante una obra que visibiliza que un “pueblo enfurecido y consciente es capaz de ganar batallas incluso cuando su líder o jefe circunstancial ha muerto”, por eso podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que este libro transmite un mensaje claro: “¡Chávez vive, y la lucha sigue!”.
El autor de esta obra, que logra el milagro de destacar lo anónimo popular en su diversidad y potencia, es José Roberto Duque, conocido periodista, crítico, además de militante de las causas populares, que ha sido colaborador en diversos medios de comunicación social. En esta casa editorial ha publicado, entre otras obras, Salsa y control y No escuches su canción de trueno, donde se evidencia su calidad como narrador y como investigador de las realidades sociales de nuestro país.
En el aniversario de aquellas históricas fechas en las que el pueblo unido al ejército y otros actores nacionales logró vencer a los poderosos de aquel entonces, la Fundación Editorial El perro y la rana relanza en versión digital esta obra de Duque, esperando así contribuir con la potencia revolucionaria y combativa del pueblo venezolano, en momentos en que la derecha nacional y continental está envalentonada y junto al gobierno estadounidense pretende destruir las conquistas de la Revolución Bolivariana.